
Ver a los principales candidatos dando mítines por todo el país es una imagen habitual durante la campaña electoral, pero detrás de ellos hay algo que el público no percibe y que hace que funcione la gran maquinaria política: las caras no visibles de la campaña, desde un montador de escenarios hasta un responsable de eventos pasando por el "community manager". Especial Elecciones Generales 2019.
Cómo han cambiado los escenarios en la campaña, en qué afecta que se celebre al mismo tiempo que las vacaciones de Semana Santa o cómo se desarrolla la estrategia comunicativa de los partidos frente a las elecciones del 28-A son solo algunos de los temas que los que trabajan en la trastienda de esta campaña han comentado.
Los mítines, "como el rock"
"Somos tres personas las que diseñamos y contratamos las necesidades de cada evento", explica César Maícas, responsable de actos públicos del PP, quien comenzó a dirigir el departamento en 2009 y ahora trabaja en la campaña para estas elecciones, que considera "muy emocionales y polarizadas".
Junto con su equipo, localiza las ciudades donde se pueden celebrar los eventos y ve "la sensibilidad" y "la movilización" de cada una de ellas para, tras cerrar la localización, detectar "los espacios interiores y exteriores posibles", anticipándose así a las condiciones climatológicas.
"Todo está hecho con intención, aunque a veces hay sorpresas", comenta Maícas, quien compara el mundo de los actos públicos con el del rock and roll: "Haces mucha piña con la gente, en campaña comes y duermes con tus compañeros", por lo que afirma que su labor también consiste en hacer que el equipo sienta que está trabajando "para un gran sitio".
Atentos a las redes 24 horas
"Los partidos tienen que estar donde está la gente y la gente, hoy por hoy, está en las redes sociales", señala Eduardo Muñoz, responsable de esta área en el PSOE, quien subraya que esta campaña, al desarrollarse en Semana Santa, provoca que "mucha gente se informe fundamentalmente a través de las redes".
Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp y Telegram son los canales por los que el PSOE desarrolla gran parte de su estrategia comunicativa en campaña, con un trabajo que requiere de una escucha activa permanente: "No puedes perderte nada, no hay un horario fijo, porque en cualquier momento puede surgir una polémica o una noticia; es un trabajo verdaderamente absorbente", asegura Muñoz.
En el departamento de redes del PSOE no se sigue "un protocolo estricto", sino que hay una comunicación "constante" con los candidatos, que siguen la estrategia que marca el partido, aunque cada uno tiene "su estilo propio".
Como ejemplo, cita la gestión que realiza la ministra de Trabajo y cabeza de lista del PSOE por Guadalajara, Magdalena Valerio: "Se toma en serio sus redes sociales, es un referente de credibilidad; llega a casa por las noches e interactúa con sus seguidores", afirma.
"Creo que las redes muchas veces sirven para 'trollear' el contenido de otras formaciones políticas, o su trabajo de comunicación", alega al ser preguntado por el lema del PSOE para esta campaña, "Haz que pase", que fue utilizado como arma arrojadiza por el PP y Ciudadanos, y provocó una oleada de reacciones en las distintas plataformas.
Adiós a los grandes pabellones
Quedaron atrás los espacios emblemáticos repletos de gente, como las plazas de toros o los grandes pabellones, y ahora los partidos escogen lugares más reducidos. Así lo afirma Susana, responsable de una empresa que monta escenarios para los principales partidos: "Los espacios antes eran enormes, ahora son más pequeños, todos los partidos tienen miedo a no llenarlos".
El presupuesto también es menor, añade Susana, que estima que puede haber un 80 por ciento de diferencia presupuestaria respecto a la campaña de 2008, aunque puntualiza que "también hay más competencia".
Explica que existen partidos "más humildes y austeros que otros" con la escenografía, pero generalmente buscan efectos parecidos, y también coinciden en algunos trucos para que parezca que hay más personas en los actos, algo que consiguen dando profundidad con el tiro de cámara: "Esto lo hacen todos", insiste Susana.
En esta campaña, al coincidir con los días festivos de Semana Santa, el trabajo logístico se complica: "El problema son los hoteles para el personal, son más caros y es más difícil encontrar habitación", lamenta la responsable, que añade que un mayor gasto también afecta al transporte de materiales, ya que las empresas tienen que pagar los festivos a los transportistas.
Desde la trastienda todos coinciden en que su labor es imprescindible para el desarrollo de la campaña electoral, y aunque no sean las caras visibles de la misma, su trabajo se puede ver día tras día en la escenografía de los mítines, en el uso de la música a la llegada de los líderes, o en la imagen que hará que una sala con unas decenas de sillas parezca un estadio a rebosar.