Elecciones Generales

¿Cómo se repartirán los escaños del Congreso por provincias el 10-N?

Escaños vacíos en el Congreso de los Diputados. Foto: EP

La división del voto conservador que provocó la irrupción de Vox en las pasadas elecciones del 28 de abril de 2019 y la posibilidad de que el nuevo partido de Íñigo Errejón tenga un efecto similar en la izquierda de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre han vuelto a poner el acento en el sistema electoral español, basado en un reparto proporcional de escaños conforme a la llamada Ley d'Hondt.

La citada norma es un sistema electoral de cálculo proporcional que divide el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción (en el caso español las 52 provincias y las ciudades autónomas: Ceuta y Melilla).

Lo que marca la Ley D'Hondt es que, en una circunscripción en que por ejemplo se repartan 5 diputados, hay que dividir en una especie de tabla el número total de votos que ha recibido un partido por 1, 2, 3, 4 y 5, es decir, los cargos electos que se disputan en cada circunscripción. De todos los resultados obtenidos, los cinco diputados se asignan a las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean. Esto implica que el último en recibir escaño no tiene que coincidir necesariamente con el partido con menos voto y escaño.

Por este motivo es clave el número de escaños que se reparten por cada provincia, que van en función de la población, si bien teniendo en cuenta que hay un mínimo inicial de dos diputados por provincia, algo que marca el artículo 162 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). Este mínimo hace que se produzcan desajustes y que los escaños sean más 'caros' en zonas más pobladas y más 'baratos' en número de votos en provincias del interior con menos población.

Así, en un sistema que fuera directamente proporcional, en un parlamento de 350 diputados, a Madrid le tocarían 48 representantes según su censo electoral, mientras que Soria no llegaría ni a un diputado (se quedaría en 0,72). Para lograr que todos los españoles estén representados en el Congreso independientemente de dónde vivan se ajusta esta proporcionalidad para que todas las circunscripciones tengan representantes.

En el siguiente gráfico de Europa Press se muestra el número de escaños a repartir por cada provincia de los 350 que tiene el Congreso:

Este otro gráfico de EpData muestra los votos que se necesitan para conseguir un escaño en cada provincia:

Poniendo cifras sobre la mesa, los 3,81 millones de votantes de Madrid eligieron a 37 diputados en abril (102.222 votos por escaño), mientras que los 79.427 votantes de Teruel eligieron a 3 diputados (unos 26.027 votos por escaño).

En Madrid o Barcelona, donde se reparten más de 30 escaños, el reparto de puestos es más proporcional, en el sentido de que es más probable que las distintas opciones políticas votadas por los habitantes de estas provincias tengan reflejo en los escaños que se reparten.

Mientras, en provincias como Soria o Teruel, en donde sólo se reparten dos o tres escaños, es más difícil, ya que sólo llegarán al Congreso los partidos más votados y el resto de candidaturas votadas por los habitantes de esa provincia se quedarán sin representación. O lo que es lo mismo, hay menos escaños que repartir y por tanto las posibilidad de obtener uno son más limitadas.

Esta serie de particularidades provocan que cobre especial trascendencia quién consigue el último escaño por cada provincia. Como se ha especificado, la Ley d'Hondt implica que, tras escrutarse todos los votos, se divide el número de votos de cada lista entre un cociente que representa el número de votos requeridos para obtener un escaño. El resultado para cada partido se compondrá normalmente de una parte entera y un resto fraccional. En primer lugar se asigna a cada lista un número de escaños igual a su parte entera. Esto dejará normalmente algunos escaños sin asignar. Entonces se ordenan los partidos en función de sus restos, y los partidos con mayores restos obtienen un escaño extra cada uno, hasta repartir todos los escaños.

Éste mapa refleja quién se llevó ese último escaño en abril, siendo éstos asientos más vulnerables a cambiar de color en la repetición electoral:

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