El PNV ha ganado las elecciones autonómicas vascas celebradas ayer 12 de julio, las duodécimas desde que se instauró la democracia. El partido nacionalista siempre ha sido el más votado y ha gobernado en todas las legislaturas, salvo en 2009-2012, que la alianza entre PSE-EE y PP llevó a Patxi López a la presidencia del Gobierno vasco. En directo | Todo sobre la noche electoral en Galicia y País Vasco.
Con el 40% de los votos, ha sido el partido político más votado y con 31 escaños no solo revalida su éxito, sino que, además, obtiene mejores resultados que en las anteriores convocatorias de 2012, que logró 27 escaños, y de 2016, que obtuvo 29 representantes para el Parlamento vasco, y se queda a seis de la mayoría absoluta.
De esta manera, tal y como han señalado todas las encuestas la formación jeltzale será la encargada de dirigir a Euskadi hacia la recuperación económica tras la crisis provocada por el coronavirus. E Iñigo Urkullu repetirá como lehendakari del Ejecutivo vasco, en la que será su tercera legislatura.
Como segunda fuerza en Euskadi repite EH Bildu con 22 escaños, frente a los 18 logrados en la cita de 2016. Mientras, PSE-EE, para quien se pronosticaba un auge en estos comicios, se queda finalmente en los 10 parlamentarios, los mismos que en 2016, y se coloca en la tercera posición desbancando a Elkarrekin Podemos.
La formación morada ha sumado seis escaños, frente a los 11 que ganó en los anteriores comicios autonómicos, y queda relegada al cuarto nivel de la tabla electoral. Por su parte, la coalición formada por PP y Ciudadanos ha bajado hasta los cinco escaños, perdiendo tres de los registrados en 2016, cuando sumó un total de nueve. La sorpresa de la jornada electoral ha llegado de la mano de Vox, que consigue irrumpir en el Parlamento vasco con un representante por Álava de la mano de la candidata Amaia Martínez.
La participación del 52,8% ha sido la más baja de la historia en unas elecciones autonómicas
Una de las grandes incógnitas de las elecciones del 12 de julio ha sido la participación, debido al miedo al contagio en los colegios electorales y a los posibles rebrotes del covid-19, a pesar de que desde los organismos competentes se ha asegurado, en todo momento, que se cumplían las condiciones de la seguridad.
En este sentido, el sábado 11 de julio, en plena jornada de reflexión, el Tribunal Supremo y la Junta Electoral emitieron pronunciamientos para avalar las garantías puestas en marcha por ambos gobiernos gallego y vasco para celebrar los comicios, incluso en las dos zonas de las comunidades autónomas afectadas por rebrotes, La Mariña (Lugo) y Ordizia, en Gipuzkoa. Las personas afectadas de estos municipios no han podido acudir a las urnas.
El propio candidato por el PNV, Iñigo Urkullu, animó a la participación, tras ejercer él mismo su derecho al voto en Durango (Bizkaia). "Hay seguridad para poder votar y Euskadi debe ponerse en pie en este momento crítico para hacer frente a la pandemia con su voto".
No obstante y a pesar de todas las manifestaciones y medidas, la participación ciudadana se vio afectada y cayó en 8,36 puntos respecto de la de 2016, quedándose en el 52,8%. Casi 1,8 millones de vascos estaban llamados a las urnas y 125.000 de ellos optaron por el voto por correo, para asegurar su participación y su salud.
Cita histórica
Las elecciones vascas, como las gallegas, pasarán a la historia por ser las primeras celebradas durante la pandemia que ha sumido al mundo en una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes. Iñigo Urkullu ha superado con nota en las urnas la asignatura de su gestión de la crisis, en la que tuvo que ceder la makila (bastón tradicional vasco, símbolo de autoridad) al Gobierno central.
El lehendakari ha sido crítico con la fórmula del Ejecutivo central en múltiples ocasiones, porque consideraba que no se tenía en cuenta a las comunidades autónomas en la toma de decisiones y se les trasladaban hechos consumados.
Esta situación ha llevado al Ejecutivo vasco y al central a protagonizar encendidos enfrentamientos, en los que el PNV se ha planteado en determinados momentos retirar su apoyo a Pedro Sánchez en Madrid.
Sin embargo, gracias a la coalición del PNV con el PSE-EE en el Gobierno vasco durante la pasada legislatura, los problemas se han podido solucionar y, hoy, reina la paz en ambos Ejecutivos.
Aunque en política no hay nada escrito y todo tipo de acuerdos y pactos tienen cabida, la fórmula más probable de Gobierno en Euskadi para esta duodécima legislatura que empieza hoy es repetir nacionalistas y socialistas, en un tándem que se configura más reforzado que en la convocatoria anterior, por el alza registrada por ambas formaciones.
Un refuerzo del PNV que también sirve para reafirmar su estrategia de colaboración con Sánchez. De hecho, el inicio de la campaña electoral en Euskadi se produjo en el mejor de los escenarios posibles para estos partidos políticos: unos días antes se firmó la cesión a la comunidad autónoma de tres transferencias de las 32 pendientes y contempladas en el Estatuto de Gernika. Con estos traspasos comienzan a cumplirse las promesas que Sánchez hizo al PNV para lograr su apoyo en Madrid.
La otra opción para gobernar el País Vasco en la legislatura de la recuperación post Covid es la propuesta por la candidata a lehendakari por Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi. Su alternativa consiste en conformar una unión de izquierdas junto a PSE-EE y EH Bildu para sacar al PNV del Ejecutivo y lograr que una mujer sea presidenta de Euskadi.
Activar la recuperación
Uno de los objetivos prioritarios del anterior Gobierno vasco era llegar a las elecciones autonómicas con la Comisión Mixta del Concierto Económico celebrada, para conocer su tope de endeudamiento y déficit cara a afrontar la recuperación económica. Pero esta reunión no pudo llegar a celebrarse y es, por tanto, un punto urgente para esta nueva legislatura.
El ejercicio 2020 iba a ser el séptimo año de crecimiento económico en Euskadi, alrededor de un 2%, y con una tasa de paro próxima al 9%. Las haciendas forales de la comunidad autónoma cerraron el el ejercicio 2019 con un récord de recaudación de 15.469,2 millones de euros.
Por el impacto del coronavirus, se prevé una caída de la recaudación del 18% en 2020, entre 2.400 y 3.000 millones de euros, un decrecimiento del PIB del 8,7% y una pérdida de 68.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
El Gobierno vasco ha acordado con las diputaciones forales un plan de recuperación del empleo por 10.000 millones de euros, ha aprobado el fondo Covid de 1.550 millones para ayudar a sociedad, empresas y personas, pero necesita conocer el tope de endeudamiento de la Administración vasca y eso se decide en la Comisión Mixta del Concierto Económico. También en esa reunión se hablará sobre el reparto del fondo extraordinario de 16.000 millones no reembolsables para las CCAA. Por Sanidad y Educación, de un total de 11.000 millones, el Gobierno vasco podría recibir sobre 600 millones. Del tramo de 5.000 millones, esperaba recibir unos 200 millones, pero Euskadi ha sido excluida , aduciendo que "los sistemas fiscales forales son poco homologables al resto".
El Ejecutivo central ha asegurado que se compensará a la Comunidad Autónoma Vasca, de manera bilateral a través de la Comisión Mixta del Concierto Económico.
Principales actuaciones
Mientras llega esa reunión, el partido o partidos que conformen el nuevo Gobierno vasco deberán comenzar a diseñar el plan de reactivación económica.
Las cuestiones económicas han sido las protagonistas de los programas de las formaciones políticas, en estas elecciones autonómicas atípicas y centradas en la crisis y en la recuperación.
El programa del PNV con el lema Euskadi Zutik. ¡Saldremos! (Euskadi en pie se centra en la creación de empleo, en el impulso a la industria y otros sectores económicos considerados prioritarios, además de trabajar el autogobierno y la situación de Euskadi en el mundo.

Por su parte EH Bildu, bajo el epígrafe Nuestro compromiso: construir el país que mereces. Egiteko prest, defiende una propuesta de ocho bloques que recogen el empleo y la fiscalidad, el derecho a decidir, pasando por políticas sociales.
Elkarrekin Podemos-IU recoge en su programa Podemos gobernar. Gobernatzeko prest, que consta de nueve apartados. Como punto im-portante está la necesidad de reforzar la sanidad pública y el empleo en la juventud.
El Partido Socialista de Euskadi tiene como base los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU para 2030. El programa intenta acercar cada uno de estos objetivos a la realidad vasca, como por ejemplo en el apartado reducción de las desigualdades, donde el PSE habla de una Ley vasca de Juventud, para evitar que los jóvenes abandonen la región.
Mientras, el programa electoral de la coalición de PP+Cs, Un plan para el futuro. Etorkizunerako Plana, destaca el apoyo al tejido productivo, a la industria vasca, al comercio, a la hostelería y a los autónomos, para devolver la confianza a la sociedad. La coalición formada por PP y Ciudadanos se define como "el único dique de contención frente al nacionalismo vasco y sus imposiciones y frente a aquellos partidos que solo buscan romper los consensos en España".
Autogobierno
Autogobierno ha sido una palabra que ha estado en boca de todos los candidatos durante la campaña electoral. Y la ampliación del mismo será otra de las cuestiones a abordar en la naciente duodécima legislatura, ya que en la anterior quedaron avanzados los trabajos para reformar el Estatuto de Gernika y renovar la autonomía vasca.
Iñigo Urkullu ha señalado que el autogobierno necesita una renovación "para corregir las causas del incumplimiento del Estatuto, adecuarnos a los nuevos tiempos y hacernos más fuertes como país". Ha afirmado que el nuevo Parlamento vasco trabajará sobre el texto propuesto al final de esta legislatura en la ponencia de autogobierno, pero ha dejado claro que "tiene la voluntad política de avanzar desde el diálogo, la negociación y el acuerdo con el Gobierno central"
La candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte, apela a impulsar un cambio político que acabe con el modelo de gestión "agotado que representan PNV y PSE-EE" y cree que "Euskadi debe ser soberana para los ciudadanos sean dueños de su destino".
Carlos Iturgaiz, candidato del PP+Cs, acusa al PNV de estar toda la legislatura "apostando por la ponencia de autogobierno y acordando con EH Bildu las bases del nuevo estatus, con el PSE como su fiel aliado".
Para Iturgaiz, el PNV es el culpable de lo que ocurre en el Gobierno central, "que nadie olvide que Sánchez e Iglesias están hoy en La Moncloa, porque le votó el PNV". Miren Gorrotxategi, la candidata de Elkarrekin Podemos-IU, apuesta por construir una Euskadi del futuro progresista "que rompa con 40 años de gobierno de la derecha vasca del PNV y la patronal".
Idoia Mendia, la candidata del PSE-EE, apuesta por el diálogo y los pactos, "para dar soluciones a la crisis".