
El estado de salud de la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton, que el pasado domingo se mareó tras un acto del 11S por una neumonía, ha hecho saltar las alarmas en el seno del Partido Demócrata. ¿Qué pasaría si Clinton decidiese retirarse antes de las elecciones? ¿Quién la sucedería? ¿Cómo se llevaría a cabo el proceso? Estas son preguntas con respuestas un tanto difusas incluso para la formación, ya que es un territorio de la política inexplorado hasta el momento. Sin embargo, sí hay unas nociones básicas.Especial | Elecciones en Estados Unidos.
En primer lugar, y lo que sí queda plasmado sobre el papel en los estatutos del Partido Demócrata, es que el Comité Nacional Demócrata, la organización principal que gobierna al partido día a día, es el encargado de elegir un sustituto. El Artículo 3, sección 1, apartado C recoge: "Entre las responsabilidades del Comité Nacional Demócrata se incluye: suplir las vacantes en las nominaciones a Presidente y Vicepresidente".
Por lo tanto, la elección del sustituto de Clinton correría a cargo del Comité Nacional. ¿Mediante qué proceso? Como no se especifica más, el proceso sería el que ellos eligieran dependiendo del tiempo que queden para las elecciones: desde una votación del Comité a la celebración de unas nuevas primarias.
Como quedan menos de dos meses, la elección tendría que ser apresurada. No habría opción a unas nuevas primarias, ya que para eso hasta habría que imprimir papeletas nuevas en algunos estados. De este modo, el Comité, formado por 200 personas, votaría a placer. El ganador sería el que obtuviera la mayoría. Según el periodista David Shuster, que trabaja para Al Jazeera America y MSNBC, el partido tiene intención de reunirse para hablar sobre el estado de salud de Clinton y estudiar a su posible sustituto. Entre los nombres que más suenan, y gustan, está el de Joe Biden, exvicepresidente de Estados Unidos, y el de Bernie Sanders, el contrincante más directo de Hillary Clinton en las pasadas primarias.
Hay aclarar que Clinton no podría ser expulsada de su cargo. La decisión tiene que ser de ella. A partir de ahí es cuando entra en juego el Comité Nacional Demócrata.
El poco valor de los vicepresidentes
En el caso del Partido Republicano los estatutos contemplan que habría dos opciones: o los componentes del Comité (168 personas representando a todos los estados) eligen con sus votos al nuevo candidato, o bien deciden hacerlo a lo grande, con una nueva Convención Nacional en la que los 2.437 delegados elijan. Pero no hay opción de volver a celebrar unas primarias.
Lo que está claro es que la fecha de las elecciones no se retrasaría porque para eso habría que cambiar la ley electoral. También está claro que los vicepresidentes de ambos partidos no cuentan para nadie antes de la celebración de las elecciones. Apenas son conocidos, ya que han sido nombrados a dedo por los propios candidatos. Otro gallo cantaría si una vez realizadas las elecciones y llevado a cabo el recuento, el ya presidente deja el cargo repentinamente. En ese caso, el vicepresidente ocuparía el puesto, como bien indica la Constitución. Ya pasó, por ejemplo, tras el asesinato del J.F. Kennedy: Lyndon B. Johnson, su vicepresidente, cubrió la vacante.