El Partido del Brexit confirma que los temblores registrados durante semanas en el panorama político británico eran, efectivamente, un terremoto que amenaza con aniquilar el bipartidismo tradicionalmente dominante al norte del Canal de la Mancha.
Su esperada apabullante victoria en las europeas, que se ha saldado finalmente con el 33% del voto, corrobora la inquietante tendencia al alza de fuerzas populistas y profundamente euroescépticas en la nueva Eurocámara, frente al severo correctivo sufrido por los conservadores, humillados con el 10% de los votos y una caída hasta el quinto puesto y los laboristas, con el 13,5%.
La formación de Nigel Farage, creada tan solo en enero con el único objetivo de canalizar el voto protesta por el retraso de la salida de la Unión Europea arrasó en los comicios celebrados el jueves, llevándose 24 de los 73 escaños que se jugaban en Reino Unido, según las proyecciones de unas elecciones que el país nunca habría tenido que haber celebrado, si el Brexit se hubiese materializado, como estaba previsto, el 29 de marzo.
Las europeas evidencian la fractura del país, dado el esperado empuje de la suma de las fuerzas pro-UE
Conservadores y laboristas han sufrido un doloroso varapalo por parte de unos votantes que no les han perdonado su responsabilidad sobre la parálisis
La otra cara de la moneda la representan los liberal-demócratas, socios minoritarios de los tories en la coalición que gobernó hasta 2015, una colaboración que los había condenado al ostracismo electoral. Su apuesta explícita a favor de la permanencia y pro-segundo referéndum los convirtió en la opción de los partidarios de continuar en la UE, un respaldo que los habría aupado a la segunda posición con 15 asientos, frente a la humillación del sexto lugar de hace cinco años, cuando habían obtenido un mero asiento.
La importancia de estas elecciones, teóricamente las últimas que Reino Unido celebrará en su casi medio siglo de historia comunitaria, no se puede desdeñar, a pesar de la fecha de caducidad que los eurodiputados británicos llevan de partida. Ante el inminente recambio en Downing Street, tras el anuncio de dimisión de una Theresa May que abandona sin haber materializado el Brexit, el próximo primer ministro está obligado a revisar la estrategia de salida para desatascar el bloqueo y los resultados de estas europeas revelan un país tan fracturado como el Parlamento.
Tras la victoria apabullante que los sondeos otorgan al Partido del Brexit subyace un cuadro más complejo que lo sugieren los indiscutibles números de la plataforma patrocinada por Farage. La suma de los liberal-demócratas, Los Verdes y los nacionalistas escoceses, formaciones abiertamente a favor de un nuevo plebiscito, evidencia un importante contingente electoral que demanda una consulta, ya que las fuerzas eurófilas habrían logrado movilizar al electorado que en 2016 había apostado por la permanencia.