
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reafirmó ayer la negativa de su formación a negociar la unidad territorial de España, condición ineludible planteada por Podemos para un eventual pacto de gobierno. Así lo aseguró durante el primer Comité Federal del PSOE tras las elecciones generales, en el que sus máximos dirigentes establecieron las condiciones para posibles negociaciones tras los resultados electorales más inciertos de la historia de la democracia.
"No dialogaremos sobre cuestiones como la integridad territorial de España", advirtió Sánchez en un discurso al comienzo de la reunión, aunque sin referirse explícitamente al planteamiento esgrimido por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. En este sentido, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, resumió al término de la reunión que la resolución aprobada por el Comité Federal del PSOE es "clara" y señaló que antes de que su partido se siente a negociar con Podemos esta formación "tiene que renunciar a su referéndum vinculante en Cataluña".
Por su parte, Iglesias, que se reunió ayer con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en la ronda de contactos que el popular está manteniendo con los líderes políticos que han obtenido representación en las elecciones del 20-D, insistió en que la convocatoria de un referéndum catalán es para él una línea roja a la hora de negociar un posible pacto de investidura, lo que aleja las opciones de acuerdo con los socialistas, que descartan de plano esta opción.
Durante su intervención en el Comité Federal del PSOE, Sánchez reiteró que la iniciativa para formar gobierno, tras obtener 123 escaños y ser la fuerza más votada en las elecciones, corresponde a los populares, pero insistió en que "el PSOE votará en contra de la continuidad de Rajoy como presidente del Gobierno y de cualquier otro candidato del Partido Popular".
Un líder cuestionado
No obstante, el líder socialista, que con 90 escaños ha obtenido el peor resultado electoral del PSOE hasta la fecha, aprovechó la cita ante sus barones territoriales para hacer autocrítica y asumir "toda la responsabilidad" de los resultados obtenidos el pasado 20 de diciembre.
La intervención de Sánchez ante el Comité Federal ayer fue posiblemente una de las más complicadas en sus 17 meses al frente de la secretaría general del PSOE. Ante él se encontraban dirigentes de su propio partido que cuestionan su continuidad y ponen en tela de juicio su capacidad para negociar con otras formaciones para intentar lograr una mayoría parlamentaria.
Así las cosas, el líder socialista recordó a los barones territoriales que tanto ellos como muchos alcaldes tuvieron su apoyo y el de la dirección federal del partido "para que pactaran por la derecha y por la izquierda" para conseguir ser investidos presidentes y alcaldes.
De este modo, Pedro Sánchez se enfrenta a una difícil encrucijada después de que Iglesias pusiera como condición para una eventual alianza la celebración de un referéndum independentista catalán.
Pero el secretario general del PSOE, que además de Podemos necesitaría del apoyo de otras formaciones para tener mayoría parlamentaria, se encontraría también en una situación complicada en el caso de que el país vuelva a acudir a las urnas por falta de acuerdo político, con los analistas apuntando a que puede verse cuestionado su liderazgo dentro del partido.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reconoció que el escenario "más probable" es la repetición de elecciones , frente a la opción de que el líder del PSOE sea elegido presidente del Gobierno. Sobre si Sánchez debería ser el candidato, el dirigente manchego aseguró que abrir ese debate "perjudica al candidato" y, en estos momentos, "no conviene".
Para Sánchez, repetir las elecciones sería "la peor de las opciones" porque "supondría el reconocimiento de que los partidos somos incapaces de dialogar y entendernos".
Díaz y los críticos rechazan aplazar el congreso
El Comité Federal del PSOE mostró las diferencias entre los secretarios generales territoriales que quieren celebrar el congreso del partido, en el que Sánchez optará a la reelección, según marca el calendario (en febrero) y los que prefieren posponerlo. Los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; y Asturias, Javier Fernández, apuestan por celebrarlo "cuando toca", es decir, cuatro años después del que tuvo lugar en febrero de 2012.
Otros líderes territoriales, ninguno presidente autonómico, salvo la balear Francina Armengol, prefieren retrasar la cita. El extremeño Guillermo Fernández Vara y Miquel Iceta (PSC) mostraron dudas al respecto a tenor de la situación política del país. Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, defendió el aplazamiento del próximo congreso porque considera que por encima de los asuntos "internos" del partido están los problemas de España. Por ello, Ferraz mantiene su intención de aplazar el calendario interno y esperar a que se esclarezca la situación política.
Pese a que este congreso estuvo muy presente en todas las discusiones, Ferraz recalcó que no podría votarse en la cita de este lunes, ya que se trata de un Comité Federal extraordinario y, por tanto, no se podían incluir nuevos puntos al orden del día fijado, que tenía como único asunto una resolución sobre pactos. Desde las posiciones más críticas se cuestiona la interpretación que ha hecho la dirección del Comité Federal, ya que algunos socialistas consideran que es "mayoritario el peso de quienes piden que el congreso se celebre cuando toque".