Editoriales

Recursos dilapidados en el 'procés'

Desde su llegada a la Presidencia de la Generalitat, Quim Torra gastó 240.000 euros enviajes al extranjero, destinados a buscar apoyos para el independentismo catalán. Pese a lo abultado de la cifra, se queda ya corta para calibrar el capital absorbido por la campaña internacional del procés, una vez desactivado el artículo 155.

De los casi 20 viajes emprendidos por Torra, solo se han publicado los datos correspondientes a once. Además, otros miembros del Govern también han salido al exterior con los mismos fines. Por si fuera poco, a todo ello habría que sumar los casi 40.000 euros ya invertidos en reabrir las embajadas de la Generalitat.

Es de esperar que Torra ahonde la tendencia de su mentor, Carles Puigdemont, quien hizo de la promoción internacional una prioridad y despilfarró 70 millones en su despliegue en menos de dos años. No en vano, la carencia de todo apoyo internacional relevante al 1-O fue una de las causas fundamentales de su completo fracaso. Por ello, Torra redobla esfuerzos para ganar presencia, sobre todo, ante la UE.

La posibilidad de que la Unión respalde un proyecto que atenta contra su misma razón de ser es mínima, pero esa realidad no cambia el lamentable hecho que supone la persistente dilapidación de recursos en el procés. Mientras Torra se permite este desembolso en viajes y embajadas, Cataluña se encuentra con los Presupuestos prorrogados y en un estado de completa parálisis, que impulsó ayer al Parlament a demandar al presidente un anticipo electoral o que se someta a una moción de confianza.

La situación es aún más grave, si se considera que ese gasto de dinero público en propaganda se produce en una autonomía que tuvo que recortar servicios públicos básicos.

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