
El Gobierno protagonizará mañana un nuevo viernes social. Éste es el apodo que las reuniones del Consejo de Ministros previas a las elecciones se ganaron a pulso, debido a la sistemática aprobación de nuevas medidas destinadas a beneficiar a colectivos sensibles de la sociedad.
Para la próxima cita, el Ejecutivo busca apuntarse un potente golpe de efecto. Este viernes no solo dará luz verde a un oferta histórica de empleo público; además, lanzará el Plan Reincorpora-T, para parados de larga duración.
Su núcleo (dotado con casi 1.200 millones) radica en la recuperación del subsidio por desempleo para mayores de 52 años, ya en vigor desde principios de mes. Medidas como éstas son ampliamente cuestionables desde el punto de vista de su efectividad misma.
El Consejo de Ministros protagonizará mañana otro 'viernes social' cuyo coste ya dobla el monto previsto
Resulta muy dudoso que el citado subsidio incentive la búsqueda de empleo, después de que su base de cotización haya vuelto a elevarse y dado que puede percibirse hasta la edad de jubilación, sin merma de la pensión.
Es más, la cuantía de esta ayuda vuelve a ser igual para todos los beneficiarios, sin tener en cuenta el nivel de renta de su entorno familiar. Pero la gran objeción que se puede plantear a estos viernes sociales es el amplio coste que ya suponen.
De hecho, las previsiones de Hacienda de que no superarían los 1.113 millones de euros se han quedado cortas y el monto total, que en muchos casos queda consolidado en las cuentas públicas, ya supera los 2.700 millones. Se trata de una importante carga para las Administraciones, que dificulta la reducción del déficit en momentos de desaceleración económica como los actuales. Ése es el alto coste que supone utilizar el erario público para impulsar medidas de carácter electoralista.