
Marzo sigue ofreciendo buenas expectativas sobre un posible fin de la guerra comercial China-EEUU. Poco después de que Washington se inhibiera de aprobar nuevos aranceles, ambas partes dejan entrever su disposición a pactar en la reunión de Donald Trump y Xi Jinping del próximo día 27.
Lo que diferenciaría a esta cumbre de otras anteriores sería el amplio campo de entendimiento que Pekín está dispuesto a abrir. Así, China se muestra proclive no solo a retirar aranceles, sino también barreras que, en sectores como el motor, impiden una presencia significativa de inversores extranjeros en empresas chinas. Pese a que deben mantenerse todas las precauciones, puede preverse que, si realmente se materializan unas cesiones de ste tipo, esta vez sí sería posible un acuerdo.