
El Gobierno dará ayudas a la fabricación de coches diésel y gasolina. Industria cuenta con 2.686 millones para apoyar al sector hasta 2025. Se demuestra así que el Ejecutivo no discriminará entre tipos de combustible, ya que no hay base científica para desahuciar ninguno. Pero, sobre todo, el plan no busca subvencionar un sector y fomentarlo artificialmente.
Al contrario, pretende generar un marco estable que atraiga las inversiones privadas en un momento decisivo: las factorías se juegan su carga de trabajo futura en los próximos 18 meses.
Igualmente positivo es que se corrija el error de situar la prohibición del diésel en 2040. Con todo, pese a la acumulación de ventajas, conviene aclarar cómo se articulará el plan en ausencia de Presupuestos y con la cercanía electoral.