
Tendam -la antigua Cortefiel- puede ver frustrado su tercer intento de salir a bolsa. Sería injusto achacar la nueva demora a la propia empresa, ya que ha superado sus problemas y su cuenta de resultados, además de estar saneada, muestra la rentabilidad de la empresa.
Tampoco cabe culpar a la mala situación generalizada de los mercados. Lo cierto es que el sector textil atraviesa su propia crisis y los recelos de los inversores provocan que los gigantes del retail sufran pérdidas promedio de un 18 por ciento.
La desconfianza del mercado no será fácil de recuperar. El sector tiene aún pendiente mostrar que es capaz de adaptarse a las exigencias del comercio electrónico y de desestacionalizar sus colecciones, ahora demasiado dependientes de una climatología impredecible.