Los históricos datos de afiliación de mayo están lejos de constituir un hecho aislado, fruto exclusivamente de la cercanía de las vacaciones.
El buen comportamiento del mercado laboral en los últimos años hace que la próxima temporada turística (que también se prevé de récord) propine el último impulso para que se logre todo un hito: España volverá a contar con 19 millones de cotizantes.
Tan alto número de afiliados a la Seguridad Social no se veía desde 2008. Sin duda, aún persisten importantes debilidades, como que nuestro país presenta un millón de parados más que en la etapa precrisis. Además, la mayor parte del nuevo empleo creado continúa siendo temporal. Sin embargo, la corrección de esas deficiencias en ningún caso debe significar virajes en las líneas maestras de las reformas laborales de 2010 y, sobre todo, 2012.
El Gobierno ya ha reconocido que carece del respaldo parlamentario necesario para derogar la norma. Con todo, sí puede hacer modificaciones parciales que afecten a los pilares de la reforma. Son por tanto factibles cambios como volver a dotar de primacía a los convenios sectoriales frente a los negociados con cada empresa.
Tampoco cabe descartar pasos atrás en la ultraactividad de dichos convenios.La actual reforma impide que un pacto de esta clase esté vigente sin límite hasta que se negocie su renovación. Es posible un giro legislativo que vuelva a tolerar esa indefinición.
Por último, podría haber también cambios en lo que respecta a la flexibilidad de las condiciones de despido. Son todas modificaciones de gran calado que, si se materializan afectarán a la creación de empleo y harán que la actual recuperación del mercado laboral sea pasajera.