
La Comisión Europea presentó ayer su propuesta para el próximo Presupuesto de la UE que abarca desde 2021 hasta 2027. Las cuentas incluyen un importante aumento del gasto dedicado a investigación, innovación y economía digital, lo que refleja las nuevas prioridades económicas de la Unión.
El montante total de los Presupuestos, 1,3 billones, que es comparable a las cifras actuales si se tiene en cuenta la inflación, también indica que la UE afronta la realidad de que Reino Unido se marcha y los recursos de los que se dispone son menores. De ahí que sea comprensible el mayor control que Bruselas quiere ejercer, exigiendo a los países del Este que se comprometan con la democracia antes de liberar el dinero.
El apartado que más llama la atención es el dedicado a Seguridad, que se incrementa un 40%, además de crearse un fondo de Defensa de 13.000 millones. Para empezar, las alzas responden a la exigencia de Trump de que los países de la OTAN aumenten el gasto militar. Pero también es cierto que son necesarias ante retos como el terrorismo.
En cuanto a las partidas que sufren mayores recortes se encuentran la Política Agraria Común (PAC), que desciende un 5%, y la Política de Cohesión, un 7%. A pesar de ello, ambas partidas siguen representando la mayor parte del Presupuesto (64%). Estas caídas, además de estar avisadas, son comprensibles ante la realidad económica actual. Carece de sentido elevar las subvenciones europeas a productos que no se venden, cuando lo que la agricultura debe hacer es adaptarse a la demanda.
Por todo ello, el borrador presentado, que se enfrentará a un largo periodo de negociación antes de aprobarse, trata de dar una adecuada respuesta a los importantes retos a los que la UE se enfrenta.