
Mañana termina el plazo de presentación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales de 2018. Es muy probable que el PNV no registre la suya, lo que supone un importante paso hacia la posible aprobación de las nuevas Cuentas. Para ello es necesario que los nacionalistas vascos, además de no pedir la retirada del proyecto de ley, voten en su favor.
A priori parece una posibilidad remota, dado que no hay visos de que se cumpla la exigencia que el PNV establecía como prioritaria: la desactivación del artículo 155 en Cataluña. Ahora bien, este partido puede esgrimir ahora importantes argumentos a favor del apoyo a los Presupuestos, pese a que la autonomía catalana siga intervenida.
Sin duda, cerca de seis meses de aplicación del 155 demuestran que ésta ha sido sumamente cuidadosa, al limitarse a las funciones más básicas de la Generalitat. Además, ha quedado también claro que el principal escollo para la vuelta a la normalidad está en el bando independentista, del que solo parten propuestas imposibles para salir del bloqueo, como seguir proponiendo candidatos a president que se encuentran encausados.
Pero, además, el apoyo del PNV a los Presupuestos estaría plenamente justificado en el caso de unas Cuentas que elevan la inversión estatal en el País Vasco un 32% y de los que aún se pueden obtener más ventajas en la negociación de enmiendas parciales. Resulta significativa la posición de la patronal vizcaína Cebek, animando a no renunciar a unos Presupuestos que pueden ser "realmente buenos para Euskadi".
Por tanto, existen razones de peso para que el PNV dé ejemplo de responsabilidad y contribuya a desbloquear un proyecto beneficioso para su territorio y para la estabilidad institucional a escala nacional.