Editoriales

El impulso que el AVE aún necesita

El gasto liberado por Fomento para la Alta Velocidad ferroviaria se incrementó el año pasado un 21%con respecto a 2016. Se trata de un dato que contrasta vivamente con el parón inversor que esta infraestructura sufrió en los peores años de la crisis. Sin embargo el optimismo debe moderarse al considerar que el Ministerio, un año más, no liberó todo el desembolso que tenía previsto para el AVE.

El cumplimiento se quedó, en este caso, en el 57,7% del total de los recursos. Son varios los factores que ralentizan los proyectos en este ámbito. Influyen de una manera decisiva los contenciosos que todavía se encuentran abiertos con diversos contratistas. En este sentido, deben destacarse los progresos que Fomento puede ya apuntarse.

Al principio de la actual legislatura eran casi 70 los proyectos paralizados por disputas con las concesionarias, que afectaban a diversos corredores de la red. Ahora sólo queda menos de una decena de obras en situación de abandono y el Ministerio sigue negociando para un desbloqueo de carácter total. Terminar las obras iniciadas es una meta a la que no debe renunciar.

A pesar de que existen estudios que demuestran la existencia de tramos usados por debajo de su capacidad, constituye una urgencia terminar con los elevados costes que implican los proyectos inacabados, a los que ya se han destinado cuantiosas inversiones. Dejar atrás por completo la parálisis del AVE, y elevar aún más el grado de cumplimiento en sus Presupuestos, constituye el impulso que esta infraestructura necesita.

Sólo así se liberará todo el alto potencial que aún atesora a la hora de estimular el crecimiento de los territorios en que ofrece sus servicios.

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