Tres meses después de las elecciones, Cataluña sigue sin Gobierno. Tan anómala situación perjudica en primer lugar a los catalanes, que ven cómo no pueden recuperar su autonomía. Pero los daños son todavía más amplios. Los plazos para presentar y debatir los Presupuestos de 2018 se estrechan, pero su aprobación resulta imposible mientras esté vigente el artículo 155, ya que el PNV negará su apoyo.
Se demuestra así hasta qué punto la parálisis en Cataluña está afectando al conjunto de la política nacional. Es una situación grave, que debe llegar a su fin, para lo que es imprescindible que el expresident prófugo Carles Puigdemont dé un verdadero paso atrás, y el independentismo acuerde proponer un candidato libre de causas penales y que cumpla la ley.