Editoriales

Las claras fortalezas de Maxam

El fondo de capital privado Advent pone en marcha la venta del 45% que posee en Maxam, una compañía cuya valoración total se sitúa en cerca de 1.500 millones. La cuantía de la cifra no debería soprender considerando las magnitudes que presenta este fabricante de explosivos español, a pesar de contar con una muy discreta presencia mediática.

Maxam presume de una historia centenaria a sus espaldas (fue fundada en 1872 por Alfred Nobel) que la ha convertido en la empresa líder de su sector en Europa y la segunda del mundo. Ni siquiera la pasada crisis le ha hecho mella, gracias a la muy desarrollada internacionalización con la que pudo afrontarla. De hecho es una de las empresas españolas más activas en el terreno de la exportación y cuenta con presencia en 45 países que le permite ingresar anualmente más de 1.000 millones.

Maxam, además ofrece el atractivo de operar en un negocio muy regulado, y por tanto predecible, como es el propio de los explosivos. Ahora bien, pese a todos estos atractivos es indudable que también existen factores que pueden restarle atractivo, sobre todo a los ojos de los fondos. Además de las reticencias que estos inversores suelen tener a tomar posiciones minoritarias, se une el hecho de que generalmente cuentan con códigos éticos que los alejan de ámbitos como el que Maxam trabaja. Para responder a esa objeción, Advent debe poner en valor el hecho de que la empresa española es una potencia en el ámbito de los explosivos estrictamente civiles, usados en voladuras, canteras y construcción de infraestructuras. Maxam, por tanto, cuenta con claras fortalezas que Advent puede aprovechar para llevar a buen puerto sus planes de venta.

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