
Las empresas energéticas han vivido unos días convulsos, ante la expectativa de que el Gobierno aplicara un recorte de sus retribuciones de 750 millones en 2019 y 2020 (con dos años de antelación sobre lo establecido por la ley) para el gas, y de una cuantía aún sin determinar para la electricidad.
Se trata de unas cifras totalmente erróneas, muy alejadas de los casi 250 millones a los que el ministro Álvaro Nadal limita la reducción de los pagos en la actividad energética en su conjunto. Sin duda, es deseable que fallos de este tipo, cuando afectan a informaciones tan delicadas, no lleguen a producirse. Con todo, las explicaciones del ministro llegan en el momento adecuado para atajar de forma clara las incertidumbres que se cernían sobre el sector.