
Por primera vez en casi 50 años, el Foro de Davos recibió a un Rey de España. Era inevitable que la intervención de Felipe VI estuviera marcada por el inaudito desafío que el independentismo catalán planteó en 2017. Las acciones de los responsables del procés tienen cada vez menos repercusión, pero eso no impide al expresident Carles Puigdemont afanarse en actos propagandísticos, que buscan desprestigiar a las autoridades españolas.
Por ello, resultó acertada la contundencia del Rey al presentar el procés como un claro intento de "socavar la democracia". Sus palabras, pronunciadas en un foro de repercusión mundial, constituyen la respuesta adecuada a los intentos de quienes aún luchan por desacreditar internacionalmente a las instituciones españolas.