
Tras tres años de esfuerzos, los éxitos de Sacyr en EEUU se limitaban a la construcción y explotación de una planta de residuos en el Estado de Maryland por 710 millones. Por fortuna para la española, la situación ha cambiado de manera radical, tras la adjudicación del proyecto para modernizar y gestionar durante 35 años la central de tratamiento de residuos de Hartford.
El contrato supondrá una inversión de más de 200 millones y una cartera de negocio de unos 2.600 millones. Las abultadas cifras permiten a Sacyr consolidarse en EEUU. Se trata de una excelente noticia para la firma, debido al plan de inversiones en infraestructuras que la Administración de Donald Trump aún baraja y del que, sin duda, Sacyr puede beneficiarse.