
Desde que ACS comunicara su interés por competir con Atlantia en su asalto a Abertis, los analistas han rebajado las recomendaciones sobre unos títulos que, además, han caído un 11,6% en bolsa. Ambos hechos demuestran que los vientos del mercado no soplan a favor de que la constructora lance una guerra de opas por la concesionaria.
Tanto los inversores como los expertos temen que ACS vuelva a endeudarse en exceso por competir con una oferta que deberá superar los 16.341 millones de euros que ofrece la italiana. Pero el mercado también castiga la falta de claridad de ACS. Algo lógico si se tiene en cuenta que la constructora no ha demostrado aún a los accionistas las sinergias y la supuesta creación de valor que la compra de Abertis podría ofrecer.