
La maniobra de presentar a las filiales españolas como comisionistas de sus matrices permite a las firmas de Internet declarar menores ingresos de los reales y, por tanto, pagar menos tributos. Debido a estas prácticas ya generalizadas, casi la mitad del comercio electrónico español se factura en países como Irlanda o Luxemburgo, con baja tributación.
Firmas como Booking, Expedia, Trivago, Airbnb se unen así a grandes tecnológicas como Google o Facebook y aprovechan una laguna legal europea para presentar facturas irrisorios en nuestro país. Un buen ejemplo es el de Airbnb, que dice ingresar solo 2,92 millones en España. Urge, por tanto, un cambio legislativo en la UE que obligue a las empresas a declarar por la realidad de su negocio.