Editoriales

Depósitos: opción aún muy limitada

La política monetaria ultra-laxa del BCE derrumbó los tipos de interés de la eurozona y, con ellos, la rentabilidad que los europeos obtienen de sus depósitos bancarios. Ahora bien, ese fenómeno es especialmente intenso en España.

La remuneración media de los bancos españoles por el pasivo se sitúa ahora en el 0,09 por ciento. Este nivel queda muy lejos del 0,9 por ciento que aún se ofrece en Francia e Italia y es aún inferior al 0,28 por ciento de Alemania, país en el que los tribunales se han vuelto a movilizar contra el BCE en defensa de los ahorradores. Sin duda, con un punto de partida tan bajo, el margen de mejora de los depósitos españoles se distingue como el más prometedor de la Unión Monetaria, en cuanto el eurobanco cambie de política.

Ahora bien, los inversores más conservadores deben moderar su entusiasmo. Es cierto que el BCE lleva meses estudiando una retirada de estímulos, y una posterior alza de tipos, pero la fuerte apreciación del euro, y las nuevas incertidumbres del mercado global, inspiran cautelas. En consecuencia, la primera subida de las tasas puede aún demorarse a 2019. Pero los ahorradores también deben considerar otro factor: los intereses de los propios bancos. Sería ingenuo pensar que están deseosos de adelantarse al BCE y elevar en breve los tipos de sus depósitos.

La abundante liquidez con la que ya cuentan los disuade de embarcarse en algún tipo de guerra por el pasivo como las que se veían antes de la crisis. Por otro lado, la baja remuneración de estos vehículos les resulta aún muy beneficiosa, en términos de ahorro de costes. Por ello, los depósitos bancarios serán todavía durante un largo tiempo una opción muy limitada para todo inversor que quiera obtener una adecuada rentabilidad.

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