
Además de situar a España como la economía avanzada que más crece, el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó a Europa como la locomotora de la economía mundial, tomando el testigo de EEUU. Desde luego no se trata de una conclusión exagerada. En poco más de tres meses, el efecto Trump y el poderío estadounidense, abanderado por la promesa de un estímulo fiscal, se ha desinflado.
Por el contrario, la derrota de los populismos, especialmente tras la victoria de Macron en Francia, y la acertada política monetaria del BCE eleva las previsiones de crecimiento del Viejo Continente. La UE debe aprovechar la oportunidad que se presenta para profundizar en las políticas que permitan incrementar su peso económico.