
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha vuelto a hacer gala de su habitual cautela en la rueda de prensa de ayer. Mantiene de que hay que ser "persistentes, pacientes y prudentes" con la política monetaria actual. La baja inflación de la eurozona es el motivo por el que Draghi no confirma aún la retirada de estímulos. A pesar de ello, el euro ha asumido el cambio de ruta del BCE, al deslizar el economista italiano que podría llegar en otoño.
Ha bastado concretar una fecha para que la divisa recuperara el nivel de los 1,16 dólares. Habrá que esperar a ver si este rebote es transitorio o si, por el contrario, se mantiene. Pero lo que es obvio es que el BCE fortalece el alza del euro, lo que abre un escenario nuevo para el que las economías europeas deben prepararse.