Editoriales

La opacidad que penaliza a Almirall

La reacción del mercado al recorte en las estimaciones de Almirall ha sido contundente. En solo dos sesiones, el valor ha sufrido un desplome del 32%. A esta respuesta del mercado hay que sumar los recortes de valoración que la farmacéutica sufre por los analistas. De media, los expertos han recortado un 38% el precio objetivo y ninguno recomienda la compra de los títulos.

Si se tiene en cuenta que el problema que llevó a la firma a estimar descensos en sus magnitudes está localizado (el fraude con las tarjetas sanitarias en EEUU) y, por tanto, tiene solución, la debacle bursátil solo puede achacarse a la mala comunicación. La tradicional opacidad de Almirall no tiene cabida en una cotizada. De ahí su abultada penalización.

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