Los datos de recaudación fiscal hasta mayo muestran una evolución tan buena, que ya es posible prever que 2017 será histórico en ingresos para el sector público. En concreto, la Administración recibirá casi 204.000 millones, 6.000 millones más que en 2007 en pleno boom económico.
Es conveniente aplaudir esta evolución, en la medida en que debe mucho a la positiva marcha del empleo y al auge del consumo interno y del turismo. Ahora bien, urge evitar todo triunfalismo, ya que ni siquiera esta recaudación récord impide al Estado rebasar ya su objetivo de déficit fijado para todo el año.
La contención de los números rojos del sector público sigue siendo un problema que no sólo se resuelve por la vía de los ingresos, sino que exige control del gasto público.