
La Generalitat cambia de idea y anuncia que pretende rescatar la autopista que une Lleida con Girona. La noticia ha causado las lógicas protestas de los propietarios de la concesión (FCC, Comsa, Copisa y Copcisa), ya que interrumpe el proceso de venta que mantienen desde hace meses con fondos de inversión. Vaya por delante que es lícito que Cataluña rescate cualquier contrato de concesión.
Pero eso no es óbice para resaltar que el cambio de postura se lleva a cabo por razones políticas, y que genera un importante impacto económico. Primero para las arcas públicas, ya que la Generalitat pretende que el FLA aporte parte del rescate. Y segundo, para las empresas que son las grandes afectadas de esta medida populista de la Generalitat.