El líder de Podemos, Pablo Iglesias, fracasa en el verdadero propósito de la moción de censura que defendió en el Congreso. Carente de apoyos para derribar a Mariano Rajoy, su intención es consagrarse como jefe de la oposición, pero la intervención del propio Rajoy desinfló también esas pretensiones.
Fue clara la endeblez del discurso de Iglesias, cuya insistencia en el tema de la corrupción no ocultó su carencia de programa económico, más allá de la manida receta de más gasto público y alzas de impuestos. Las contradicciones internas de Podemos sobre el referéndum catalán también quedaron al descubierto. Todo ello deja en evidencia la inconsistencia política de Podemos y debería disuadir al PSOE de Pedro Sánchez de propiciar el acercamiento al partido morado.
