
El Estado no debe conformarse con los buenos resultados obtenidos con la privatización parcial de Aena. Su presidente, José Manuel Vargas, acierta al afirmar que la compañía necesita independencia para reactivar su expansión exterior. El 51% del gestor es aún público, lo que supone un freno para el necesario cambio que debe afrontar la compañía.
Aena no puede perder su oportunidad en un momento en el que se configura un mercado global de aeropuertos y en el que se crean compañías con capacidad de crecimiento mundial. Por tanto, la privatización del gestor debe continuar. Será la única forma de generar valor y evitar que Aena vea truncado su desarrollo y no tenga otra salida que ser adquirida por un competidor mayor.