
Al inicio de esta legislatura, Adif identificaba hasta 68 proyectos paralizados por disputas con las empresas contratistas, que afectaban a diversos corredores de alta velocidad. Hoy en día, solo quedan seis obras en esta situación de abandono y el Ministerio de Fomento ya negocia con las constructoras implicadas (ACS, Acciona e Isolux) para lograr un desbloqueo total de las mismas. En concreto, se trata de seis proyectos en Cataluña, Extremadura, Galicia y Asturias, que alcanzan un valor de 888 millones.
El esfuerzo del ministro Íñigo de la Serna por impulsar de nuevo la Alta Velocidad, justo cuando la infraestructura cumple 25 años, contrasta con el parón que sufrió el AVE durante el largo periodo de crisis. Durante ese tiempo, Adif acumuló proyectos inconclusos, que implicaban elevados costes de mantenimiento destinados a unas infraestructuras inservibles que no generaban ingresos.
Esta situación elevó la deuda del gestor ferroviario hasta el punto de obligar ahora al Gobierno a combinar la reactivación de los proyectos con la búsqueda de fórmulas que embriden el elevado pasivo. A pesar de ello, y de que constan estudios que demuestran que existe una cantidad considerable de tramos infrautilizados, terminar con las obras ya iniciadas es una buena noticia.
Para empezar, constituye la única forma de evitar esos elevados costes que implican los proyectos inacabados, a los que ya se han destinado cuantiosas inversiones. Pero, además, el esfuerzo que el Ministerio de Fomento demuestra por terminar con la parálisis que ha rodeado al AVE generará un importante impulso para esta infraestructura, y liberará el alto potencial que aún atesora a la hora de impulsar el crecimiento de las regiones en las que está presente.