
Atlantia y Abertis provocaron ayer un pequeño terremoto bursátil, especialmente después de que la empresa española confirmara que la firma italiana tiene interés en explorar una "operación corporativa". No hay más detalles oficiales sobre esta última, pero la evolución de la cotización de ambas deja claro que se trata de una adquisición. No en vano las acciones de Atlantia, la empresa que se espera que lance la opa por el 100%, cayeron más de un 3% en la Bolsa de Milán.
Por contra, los títulos de la firma comprada, Abertis, llegaron a subir un 9%, antes de que la CNMV demostrara una gran rapidez de reflejos y, en cuestión de minutos, suspendiera su cotización. Por si persisten las dudas, el análisis de la historia reciente de ambas empresas también refuerza la expectativa de que se trata de una opa.
De hecho, parece que Atlantia ha esperado para tomarse la revancha tras el fracaso de hace diez años, cuando Abertis asumió la iniciativa e intentó una fusión con la entonces llamada Autostrade que el Gobierno italiano frustró por juzgarla una "intromisión" en su soberanía económica. Pero ese inmovilismo no impidió que ambas empresas siguieran tanteándose. De hecho, Abertis volvió a Italia en septiembre pasado tras la adquisición de dos autopistas.
Por su parte, Atlantia está muy volcada en diversificar su mercado y obtendría un claro beneficio integrando los activos que la empresa española gestiona en nuestro país y en otros territorios, como Francia. La futura opa tiene ante sí todavía un camino complicado, aunque ahora libre de trabas políticas, pero la expectativa de poder crear la que será la mayor concesionaria del mundo, muy por encima de la francesa Vinci, parece capaz de allanar el camino.