
Las elecciones holandesas de la semana pasada evidenciaron la debacle del socialdemócrata PvdA, el partido al que pertenece el actual ministro de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem. Los nueve escaños laboristas apenas contarán en la formación de Gobierno, por lo que Dijsselbloem no conservará su cartera.
Puede ocurrir, por tanto, que la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) esté liderada por una persona que perdió ese cargo. El político holandés no parece dispuesto a evitar esa arbitrariedad, ya que son conocidas sus pretensiones de agotar su mandato, si el Eurogrupo se lo permite. Sin embargo, es él quien debería dar el paso y reconocer que su actual irrelevancia política le inhabilita para ejercer un puesto de esta responsabilidad.