Editoriales

Corporativismo que perjudica al inversor

La industria española de fondos de inversión tiene claros motivos para frenar la reforma que acaba con la discriminación fiscal de los ETFs. Si estos vehículos empiezan a tributar en igualdad con los fondos tradicionales, bancos y gestoras se arriesgan a dejar de ingresar más de 1.000 millones anuales en comisiones y retrocesiones.

No en vano sólo les falta a los ETFs un tratamiento fiscal equitativo para acabar de atraer a los inversores, pues ya ofrecen unos ínfimos gastos de gestión, como corresponde a la gestión pasiva. Por tanto, únicamente el corporativismo priva a los minoritarios de una opción interesante para mejorar rentabilidades. La industria tradicional no debe contribuir a ese perjuicio; muy al contrario, tiene que aceptar la libre competencia.

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