
El Gobierno ve inviable aprobar unos nuevos Presupuesto. El Ejecutivo denota realismo ante la imposibilidad de que el PSOE permita su tramitación. Incluso la abstención supone una postura demasiado comprometida para quien, como Susana Díaz, aspire a disputar el liderazgo con Pedro Sánchez en junio.
Con todo, el Gobierno no debe adoptar una actitud pasiva en este contexto y tiene que reconocer los obstáculos para reducir el déficit que implica mantener inalterados muchos desembolsos del año anterior, máxime en un ejercicio como 2017 para el que la UE ya prevé una desviación de 2.000 millones sobre el objetivo previsto. Prorrogar los Presupuestos tendrá un alto coste, especialmente si el Gobierno sigue resistiéndose a acometer más ajustes del gasto.