
Sunrise es el nombre de la más importante iniciativa del Banco Popular para aligerar de ladrillo su balance. Se trata de un proyecto ambicioso, que creará una inmobiliaria cotizada, separada de la entidad, a la que se destinarán 6.000 millones en activos. Es una operación compleja, en la que son esperables dificultades como aquéllas con las que ayer se especulaba en los mercados, como la complejidad de definir su financiación o los reparos de algunos bancos de inversión a participar en la operación.
Popular, sin embargo, ya puede apuntarse el tanto de que hasta cuatro intermediarios de ese tipo se han comprometido con el plan, lo que supone un respaldo más que suficiente, que permite afirmar que el proyecto Sunrise está ya dando sus primeros pasos.