El sector eléctrico francés mantiene cerradas 21 de sus 58 centrales nucleares. Los defectos técnicos de los reactores de Areva obligan a detener esas plantas, una parálisis que Francia compensa importando electricidad de países como España. Para nuestro sistema asumir ese rol exportador supondrá un encarecimiento de la luz de casi el 6% del recibo en lo que queda de año, según la previsión de los mercados de futuros.
No en vano, responder a este pico de demanda exigirá poner en funcionamiento centrales térmicas, ya que la falta de producción renovable provoca un aumento en los precios finales. Con esta situación, se demuestran las bondades de la generación verde, al tiempo que se comprueba la necesidad de capacidad de respaldo.
