Repsol y Criteria vendieron el mes pasado un 20% de Gas Natural al fondo GIP, lo que implica que ya no superarán el 50%. Ahora bien, aún gozarán de una posición decisiva, al rebasar el 44%. Resulta, por ello, comprensible que el nuevo inversor busque garantías en la gestión futura. Así, su reclamación de mayorías reforzadas en la toma de decisiones implica que GIP vigilará cualquier operación, superior a 200 millones, en la que Gas Natural se embarque.
Al aceptar esa condición, Repsol y La Caixa demuestran que asumen, con todas las consecuencias, la ruptura del pacto parasocial bajo el que dirigieron la gasista durante 15 años. El consejo es ahora más diversificado y debe regirse por nuevas reglas, que dejen espacio a las nuevas voces.