
La CUP permitirá que el president Puigdemont supere su cuestión de confianza, pero la contrapartida puede ser un pernicioso influjo de los anti-sistema en los próximos Presupuestos. Es bien conocida la pretensión de la CUP de elevar impuestos y no puede extrañar que las patronales catalanas hagan frente común en contra.
Nada sería peor que volver a subir el IRPF en una autonomía en la que el tramo superior de renta soporta uno de los tipos más altos de la UE. De igual modo, elevar Sucesiones y Patrimonio acelerará la huida de capitales hacia otras autonomías, donde esos tributos son más bajos o inexistentes. La situación del tejido empresarial catalán ya es delicada y no puede permitirse soportar más castigos fiscales.