
Telefónica sacará a bolsa un máximo del 40 por ciento de sus filiales Telxius y O2, este año. Así, la operadora ingresará unos 6.600 millones, sin perder el control de ambas sociedades. Además, este doble salto, retrasado por causas de fuerza mayor (como el Brexit), garantizará la sostenibilidad del sagrado dividendo de la compañía. Pero, sobre todo, se trata de operaciones cuya cuantía será fundamental para rebajar en casi un 7 por ciento la deuda del grupo, que a finales de junio alcanzaba 52.000 millones.
De esta forma, se afianzará la confianza de los inversores,que se vio tocada cuando la UE frustró la venta de O2 a Hutchison. Con todo, la rebaja de calificación decidida por Fitch apunta a que es necesario un mayor esfuerzo para contener el pasivo.