Editoriales

Alegato adecuado por la estabilidad

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, inició ayer su debate de investidura con un discurso de gran comedimiento y de marcado carácter institucional. La prudencia de Rajoy es comprensible, en la medida en que las posiciones de los partidos ante las votaciones de hoy y del viernes están muy claras.

No sorprende, por tanto, que el jefe del Ejecutivo evitara hacer más llamamientos al PSOE con objeto de que abandone su bien conocido enrocamiento en el no y que, en su lugar, prefiriera apelar a grandes pactos de Estado (Educación, I+D, pensiones... ) que, en el futuro, necesitarían el apoyo de un amplio espectro de partidos. Estas circunstancias no implican, sin embargo, que el discurso del presidente fuera vacuo.

Muy al contrario, debe escucharse su llamamiento a favor de que la formación de Gobierno no se demore más y en pro de que ese Ejecutivo tenga un carácter estable, que dé confianza a los inversores. Esas palabras sólo pueden merecer el respaldo de todas las instancias de la sociedad preocupadas por preservar la recuperación. Del mismo modo, es justo reconocer que la única propuesta que allana el camino hacia esos objetivos es el pacto alcanzado por PP y Ciudadanos, al que repetidamente apeló ayer el presidente.

Sin duda, el acuerdo presenta aspectos cuestionables, que deben subsanarse, en especial su estimación sobre los ingresos públicos adicionales en los próximos cuatro años. Con todo, se trata de inexactitudes esperables en un pacto que pretende establecer una hoja de ruta genérica, cuyos detalles se afinarán en el futuro. Más urgente resulta ahora poner en pie un Gobierno que acabe con la interinidad política y que brinde la estabilidad a largo plazo que ayer Rajoy reclamó.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky