
Los carburantes se encarecen un 4% en el final de agosto respecto a julio. En concreto, la gasolina 95 sube un 3,4% y el diésel lo hace un 4,1%. Estas alzas, en principio, pueden justificarse por la mayor cotización de su materia prima, el petróleo, el cual vio elevarse el precio del barril un 16,5% en este mes. Ahora bien, se trata de una subida de gran magnitud en un periodo especialmente sensible, como es aquel en el que se desarrolla la operación retorno.
El Gobierno, por tanto, debe mantenerse vigilante para evitar toda posibilidad de que, en la actual situación de interinidad institucional, haya petroleras que aprovechen para subir los precios por encima de lo que el mercado manda en un sector en el que los precios no están regulados.