
El suministro de combustible a flotas constituye un gran negocio para las petroleras. Ahora bien, exige una condición insoslayable: garantizar servicio en toda España. No es problema para Repsol, imbatible en capilaridad. Por ello, para hacerle frente, resulta inteligente la opción impulsada por BP de lanzar una tarjeta profesional que permite repostar con idénticas ventajas en las estaciones de Cepsa.
Ambas empresas ganan al ampliar su parque de gasolineras, y así ser más competitivos en concursos públicos y en sus ofertas a empresas privadas. Pero, además, refuerzan las ventajas que ofrecen sus respectivas tarjetas, lo que las hace más atractivas a la hora de fidelizar clientes. Toda una ventaja en un momento en el que la competencia crece por las gasolineras low cost.