
Los analistas prevén una reducción constante del endeudamiento de Aena, de modo que pasará de equivaler a 4,5 veces su beneficio a 3 veces en 2018. Hay una base firme para pensar así, como es el hecho de que no necesita grandes inversiones. Éstas ya se hicieron, y Aena salió a bolsa como el operador más grande y moderno del mundo.
Es más, aeropuertos como Barajas o El Prat están ya preparados para canalizar el auge en su tráfico que se espera desde 2016, gracias al boom del turismo. Aena está así en perfectas condiciones para aprovechar ese fenómeno. A su menor pasivo se suman el refuerzo que suponen la liberación de provisiones, por las batallas judiciales que gana, y los beneficios que supondrán proyectos como sacar al mercado sus activos inmobiliarios.