
Todos los factores se alinean para que la llegada de turistas vuelva a batir marcas este año en España. La reactivación del consumo en Europa y la inestabilidad que atenaza a los destinos rivales del Mediterráneo hacen factible que el número de visitantes llegue a 27 millones, superando la marca ya histórica de 25 millones propia del año pasado.
Sólo cabe felicitarse de la buena salud que muestra un sector clave de la economía española, lo que afianza las expectativas de que el PIB vuelva a crecer en este ejercicio por encima del 3%. Ahora bien, aún cabe sacar más rendimiento del perenne atractivo turístico español y tomar medidas para abordar con decisión la continuada caída del gasto por visitante, que no se revierte desde 2013.