
No es momento de comprar, pero tampoco de salir de la bolsa; hay que tomar con pinzas el famoso Vende en mayo y sal corriendo. Mientras no volvamos a observar grandes riesgos, no hay por qué claudicar. Al contrario: se trata de quedarse hasta que la corrección del rebote en el que estamos nos ofrezca la oportunidad de entrar a buen precio.
El gran temor del mercado es que se produzca una tercera devaluación del yuan, como ocurrió el pasado verano y a comienzos de este año. Las bolsas se desplomaron entonces por el miedo a que la segunda economía del mundo exportase deflación. Pero mientras no se repita esta situación ni veamos una importante desaceleración económica, no llegará el momento de deshacer posiciones en bolsa.