
MásMóvil anunció ayer la compra de su rival Pepephone por 158 millones de euros. Se trata de una operación que evidencia con claridad la imperiosa necesidad que tienen las pequeñas compañías del sector de las telecomunicaciones a la hora unir sus fuerzas, para ganar en tamaño y recursos.
De hecho, gracias a la integración de los dos operadores móviles virtuales independientes, el grupo resultante mejorará su capacidad hasta el punto de mostrarse en condiciones de competir con gigantes de la talla de Telefónica, Vodafone y Orange, en un momento en el que el mercado está viviendo una auténtica revolución. Lo demuestra el hecho de que las ofertas integradas (móvil, fijo, internet y televisión) de las principales telecos se encarecieron un 5 por ciento en los últimos meses.
No se trata de un movimiento aislado ya que, en 2015, España experimentó el hasta ahora único aumento interanual registrado en el recibo del teléfono móvil desde el inicio de la crisis (y desde que hay estadísticas en el sector). Las alzas distan de ser arbitrarias, ya que se acompañan de contraprestaciones, como más minutos de llamadas o un mayor tráfico de datos. Ahora bien, lo que realmente subyace es un cambio profundo en el mercado que alimenta los incrementos de precios. Por ello, precisamente en este mismo momento, tanto los responsables de velar por la competencia como los consumidores agradecerán la existencia de un cuarto operador capaz de dinamizar el mercado y rebajar los tarifas. MásMóvil está en condiciones de desempeñar ese rol afianzándose como el primer jugador del mercado de bajo precio, ya que la adquisición de Pepephone le allana también el camino a la compra de Yoigo.