
El primero de 2016 ha sido un trimestre para olvidar en lo que al inversor europeo respecta. La renta variable a este lado del Atlántico acumula unas pérdidas del 7,6%, mientras que la apreciación del euro contra el dólar ha aguado los réditos provenientes del mejor comportamiento del mercado de EEUU. Los que sí han dado ganancias, del 2,7% son los fondos de deuda corporativa y gubernamental.
Ahora bien, conviene tener en cuenta que jugaron a su favor los bancos centrales, con el refuerzo de estímulos del BCE y el retraso de las alzas de tipos de la Fed. Debe reconocerse que fueron movimientos excepcionales, por lo que también la renta fija puede verse de nuevo sujeta a pérdidas futuras como las vistas en 2015.