
El Gobierno en funciones cumplió 100 días, tiempo suficiente para que puedan ya rastrearse los efectos de tan inusual situación. No cabe el alarmismo en una economía que creció en 2015 al 3,2%; que aún se beneficia de fuerzas como el crudo barato y que tiene cerrado su Presupuesto para 2016.
De hecho, los expertos, aunque prevén una desaceleración del PIB, en este trimestre, creen que será leve: dos décimas, hasta el 0,6%. Ahora bien, nada sería más temerario que pensar que ahí se acaban los efectos de la interinidad. Ésta mina un componente tan decisivo para la inversión y el consumo como la confianza y sus efectos pueden ser de calado a partir del segundo trimestre, por lo que es cada vez más urgente atajar la actual incertidumbre.