La macrooperación policial desplegada contra la corrupción en el PP valenciano ha tenido un claro impacto en el inestable contexto que domina la política española. No en vano Ciudadanos, el socio ineludible para dotar de estabilidad a un posible Gobierno popular, dejó ayer claro que las "responsabilidades de Rajoy" en estos escándalos dificultan el pacto.
Es cierto que el presidente no tiene conexión directa con los presuntos delitos que ahora se investigan (ni con lo destapados con anterioridad), pero no lo es menos que quien era, en el momento en que se cometieron, el líder del partido afectado no puede ponerse de perfil y desligarse por completo. Muy al contrario, Rajoy debe marcharse y dejar que la renovación de su partido siga su curso.
